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UN ESTUDIO AMERICANO RELACIONA EL SOLOMILLO DE CERDO CON UN PATRÓN DE ALIMENTACIÓN DE ESTILO MEDITERRÁNEO

El maíz se vende por encima del precio oficial, por falta del producto. La semana pasada el saco estuvo a 17,50 dólares y en esta, ya se oferta a 18 dólares. Así lo indicó a Diario EXPRESO

UN ESTUDIO AMERICANO RELACIONA EL SOLOMILLO DE CERDO CON UN

PATRÓN DE ALIMENTACIÓN DE ESTILO MEDITERRÁNEO

Los investigadores encontraron que, de forma simultánea, el hecho de adoptar un patrón de alimentación de tipo mediterráneo disminuía el riesgo de aparición de enfermedad cardiovascular independientemente de la cantidad de carne que se consumía (200g vs. 500g de solomillo de cerdo).

Ciertos de estudios demuestran que la carne puede incorporarse dentro de una alimentación saludable y, de forma global, mejorar los factores de riesgo de la enfermedad cardiometabólica. En base a estos indicios, un grupo de expertos de los Departamentos de Nutrición de Purdue y Texas Medical Branch, llevaron a cabo un estudio para evaluar los efectos de consumir cantidades diferentes de carne en el contexto de un patrón alimentario mediterráneo.

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Tras los resultados, los investigadores concluyeron que en el contexto de una dieta mediterránea (variada y equilibrada), los adultos con sobrepeso o moderadamente obesos podían mejorar distintos factores de riesgo de enfermedad cardiometabólica, tanto si se reducía, como si no, el consumo de carne.

Las históricamente bajas tasas de enfermedades crónicas en los países mediterráneos a menudo se atribuyen a los hábitos alimentarios que, de manera general, han mantenido y mantienen sus habitantes.

Las propiedades promotoras de la salud del estilo mediterráneo, incluido el riesgo reducido de desarrollar enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2, han sido avaladas por estudios recientes de carácter significativo. Algunos de ellos, incluyendo el de Prevención con Dieta Mediterrránea (PREDIMED) o el de Seguimiento Universidad de Navarra (SUN), se llevaron a cabo a través del seguimiento de cohortes de población española en las que el consumo de carnes era más alto (~700-1200g/semanales) que lo que tradicionalmente se engloba dentro del patrón de alimentación mediterráneo (~245g/semana), y obtuvieron resultados igualmente muy positivos.

Por otra parte, las conclusiones expuestas en otros estudios sobre los riesgos cardiometabólicos de consumir carnes hasta ahora han sido bastante inconsistentes. De hecho, la mayoría de la literatura científica en la que se basan se apoya en estudios de cohortes de tipo observacional en las que el concepto de carne no está bien definido y/o se encuentra agrupado dentro de una misma categoría de consumo.

Esto da lugar a que las conclusiones que asocian el consumo de carnes con la enfermedad cardiometabólica no puedan afirmarse con rotundidad o sean contradictorias, y que investigaciones más recientes, en las que se evaluó el consumo de carne fresca, los resultados mostrasen ninguna o una muy ligera asociación entre el consumo de carne fresca y el desarrollo de algún tipo de enfermedad cardiometabólica

Puesto que el fundamento para la recomendación de reducir la ingesta de carne en el contexto de un patrón mediterráneo todavía no está claro, el principal objetivo de este ensayo controlado fue evaluar los efectos que tenía consumir un patrón de alimentación mediterráneo con diferentes cantidades de carne sobre determinados parámetros de riesgo cardiometabólico.

Así, se comparó un patrón de alimentación mediterránea que incluía ~ 500 g de carne (solomillo de cerdo) / sem (Med-Red), con otro en el sólo se consumían ~200 g /semana de este tipo de carne (Med-Control) y que actuaría como control.

La hipótesis de partida era que la cantidad de carne consumida no influiría en las mejoras inducidas por el patrón mediterráneo sobre los factores de riesgo cardiometabólico en adultos con sobrepeso u obesidad.

¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

Para comprobar el cumplimiento de la hipótesis de partida, se planteó la realización de un estudio clínico cruzado, aleatorizado, controlado y “ciego para el investigador”, de duración 16 semanas, en las que los sujetos consumirían los distintos patrones alimentarios que se habían definido durante 5 semanas cada uno, y entre ellos habría un período de “lavado” o descanso, de, al menos, 4 semanas.

El consumo alimentario, la composición corporal, y distintos parámetros asociados al riesgo cardiometabólico (incluyendo colesterol total, LDL-colesterol, HDL- colesterol, ratio colesterol total: HDL, total apolipoproteína B (ApoB), triglicéridos, glucosa, insulina HOMA-IR, proteína C-reactiva, presión arterial en ayunas y ambulatoria, así como el cálculo del riesgo y edad vascular atendiendo al estudio de Framingham), fueron medidos al comienzo y durante la última semana de cada una de las dos intervenciones en las que se pautaba un patrón de alimentación mediterráneo con distinto consumo de carne.

La elección de los participantes:

Los sujetos fueron reclutados en el área de Greater Lafayette, Indiana, y para entrar a formar parte del estudio debían cumplir una serie de criterios preliminares.

En primer lugar, se especificó que debían ser sujetos con sobrepeso u obesidad (IMC: 25- 37), de 30-69 años, que fuesen representativos de las ingestas dietéticas de referencia, y que no siguiesen un patrón dietético de tipo mediterráneo (su puntuación en el cuestionario sobre adhesión a la Dieta Mediterránea era <5).

Además, se estableció que para entrar a formar parte del estudio, los parámetros analíticos que debían presentar fuesen los siguientes: C-total <6.70 mmol / L, colesterol LDL <4.10 mmol / L, triglicéridos <4.5 mmol / L, glucosa en ayunas <6.1 mmol / L, presión arterial sistólica <160 mm Hg, diastólica presión arterial <100 mm Hg, masa corporal <140 kg, sin enfermedad aguda, no fumadores, con funciones hepáticas y renales normales, y no diabéticos.

Por otro lado, también se incluyeron como criterios de participación que los sujetos tuviesen una estabilidad en relación a su peso corporal (± 4.5 kg), y que mantuvieran unos niveles constantes de actividad física durante los 3 meses antes de comenzar el estudio. Durante los 6 meses anteriores tampoco podrían haber experimentado cambios en la medicación en el caso de que tomasen alguna.

Un médico revisó individualmente que se cumplían todos los criterios de inclusión para poder ser aprobados de cara a la participación.

Diseño de los menús

Los menús fueron elaborados utilizando un software específico y siguieron el protocolo PREDIMED para alcanzar el patrón mediterráneo objetivo. Además, fueron verificados utilizando como herramienta el cuestionario de evaluación de dieta mediterránea.

La contribución de los distintos macronutrientes a la ingesta calórica se pautó según lo siguiente: 40% estaría representado por los hidratos de carbono, 20% por las proteínas y 40% por las grasas. Dentro del conjunto de las grasas también se estableció como objetivo que el 7% de la ingesta calórica fuese aportado por las grasas saturadas y el 20% por la monoinsaturadas.

Los dos patrones mediterráneos se diferenciaron principalmente en el consumo de carne y aves que aportaba cada uno de ellos. Los ajustes adicionales para igualar el contenido energético y la distribución de macronutrientes entre ambos modelos alimentarios (Med-Red y Med-control) se logró mediante la manipulación de principalmente el consumo de lácteos, huevos y cereales.

Se estableció que la ingesta de sodio potasio, magnesio y calcio debía ser similar en ambos menús (Med-Red y Med-Control).

Los requerimientos energéticos de cada sujeto se estimaron usando las ecuaciones específicas publicadas por el Instituto de Medicina, y los menús se diseñaron para mantener la composición corporal y peso inicial de los sujetos.

A los participantes también se les dio también la opción de consumir 150 ml de vino (a elegir en función del gusto personal) diariamente.

Todos los alimentos fueron preparados y entregados a los sujetos durante las dos intervenciones que incluían los dos tipos de Dieta Mediterránea.

Las carnes y las aves de corral que se incluyeron fueron, las de solomillo de cerdo y pechugas de pollo o pavo (carne blanca) sin piel. Se cuidó también que la cantidad de grasa total, grasa saturada y colesterol, que contuviesen no sobrepasase los 10, 5 y 0,095 g, respectivamente. variedades

Las carnes no fueron sometidas a ningún proceso de conservación más allá de la refrigeración.

Los sujetos fueron citados y pesados semanalmente por el personal del estudio para monitorear la masa corporal y promover el cumplimiento de la dieta.

Control del riego de desarrollar alguna enfermedad cardiovascular

Los factores de riesgo asociados a la aparición de enfermedad cardiometabólica se midieron tanto al comienzo como durante la última semana de cada intervención.

Para evaluar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares a largo plazo y calcular la edad vascular de los sujetos se utilizaron las ecuaciones sobre riesgo lipídico que se diseñaron para el estudio de Framingham.

Resultados:

Los investigadores encontraron que, de forma simultánea, el hecho de adoptar un patrón de alimentación de tipo mediterráneo disminuía el riesgo de aparición de enfermedad cardiovascular independientemente de la cantidad de carne que se consumía (200g vs. 500g de solomillo de cerdo).

Los investigadores también relatan que sus resultados coinciden con otros previos en los que el consumo de carne, como, por ejemplo, unos 120g de carne de cerdo/día, tampoco condicionaba los buenos resultados que la dieta DASH[i]tenía sobre la mejora de los factores de riesgo cardiometabólico, aunque no se produjese una pérdida de peso corporal.

Por otro lado, y en relación con el efecto que el mayor consumo de carne (siempre dentro de un patrón mediterráneo) podía tener sobre la aparición de diabetes tipo II, este estudio permitió concluir que no se manifestaba ningún efecto sobre los patrones de glucemia en ayunas, los niveles de insulina, o el HOMA-IR[ii]al consumir más cantidad de solomillo de cerdo, siempre que fuese dentro de un estilo de Dieta mediterránea.

Por último, cabe destacar que al final de la intervención, y en términos generales, los valores de los distintos parámetros para medir el riesgo cardiometabólico (como por ejemplo el C-total, el colesterol LDL, o la ApoB) no difirieron entre los dos grupos, y que las mejoras que se produjeron fueron independientes de la cantidad de carne (solomillo de cerdo) consumida.

LA CARNE DE CERDO, NI DAÑINA NI GRASOSA, ASEGURA LA UNAM

El maíz se vende por encima del precio oficial, por falta del producto. La semana pasada el saco estuvo a 17,50 dólares y en esta, ya se oferta a 18 dólares. Así lo indicó a Diario EXPRESO

LA CARNE DE CERDO, NI DAÑINA NI GRASOSA

ASEGURA LA UNAM​

Es preciso desmitificar el consumo de este tipo de carne: contiene menos de dos por ciento de grasa en el lomo, mientras que la de res puede tener de 1.5 a 5 por ciento.

La carne de cerdo mexicana es fuente importante de proteínas, vitaminas, aminoácidos y minerales; además, su contenido de grasa intramuscular es similar o más bajo al de otras carnes como la de res, oveja, cabra y borrego, afirmó María Salud Rubio Lozano, académica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

Se consideraba a este alimento como portador de gran cantidad de sebo porque antes los animales eran criados no sólo para la obtención de carne, sino de manteca y tocino, entre otros derivados. Sin embargo, desde hace más de 60 años hay líneas de cerdos, todas ellas comerciales, desarrolladas y seleccionadas para aportar poca cantidad de grasa, subrayó

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Hoy, México es uno de los principales exportadores en el mundo y la carne que produce contiene menos de dos por ciento de grasa en el lomo, mientras que la de res puede tener de 1.5 a 5 por ciento, refirió.

Rubio Lozano reconoció que hay líneas de cerdo como el pelón mexicano, que pueden tener hasta ocho por ciento de grasa intramuscular, “pero están destinadas sólo a la elaboración de productos madurados, como jamones o tocinos”.

En América la carne de res es más valorada que la de puerco, cuando ésta debería ser parte importante de la alimentación poblacional por sus propiedades nutrimentales, remarcó.

El menosprecio por este producto deriva de la mala información, aunque las confederaciones nacionales de porcicultores llevan años trabajando con la población y los médicos, pues en buena medida son ellos quienes han satanizado el consumo.

Se ha demostrado científicamente que la grasa de cerdo es mejor en comparación con la de otros animales (res, cordero, cabra y aves), pues es la más insaturada y, por lo tanto, la más benéfica para el organismo, porque no aumenta los niveles de colesterol malo, enfatizó.

Además, si se comparan las propiedades nutricionales, es equiparable a la de cordero, ave y bovino. Todas son una fuente significativa de proteína, aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales; existen estudios que ofrecen evidencia de que con 100 gramos de carne al día se consigue el aporte necesario de estos nutrimentos, destacó.

Otro mito en torno a la carne de puerco es creer que por sí sola transmite cisticercosis, y no es cierto, porque para ello tendría que estar contaminada con materia fecal que contenga huevos de Taenia Solium (solitaria), y es poco probable si se compra en establecimientos donde hay refrigeración, está empacada y proviene de rastros TIF”, aseguró la universitaria.

Tampoco hay sustento científico para prohibir la carne de cerdo a enfermos, niños o adultos mayores; cualquiera puede consumirla sin riesgo porque cumple con las normas de calidad necesarias.

Es preciso desmitificar su consumo: hacer un esfuerzo por promocionarla, lograr que la gente deje de creer en ideas infundadas y brindarle información basada en hallazgos científicos, concluyó.

 

 

LA PRODUCCIÓN DE MAÍZ EN EL 2019 SERÁ DE 1,3 MILLONES DE TONELADAS

El maíz se vende por encima del precio oficial, por falta del producto. La semana pasada el saco estuvo a 17,50 dólares y en esta, ya se oferta a 18 dólares. Así lo indicó a Diario EXPRESO

LA PRODUCCIÓN DE MAÍZ EN EL 2019 SERÁ DE 1,3 MILLONES DE TONELADAS

La hacienda La Josefina en el km 15 de la vía Balzar-El Empalme, en Guayas, fue el punto de encuentro de más de 1 200 agricultores de la provincia y de otros cantones productivos.

Es un Centro de Investigación y Desarrollo Agrícola de un área de 90 hectáreas. Ahí se mostraron los paquetes agrícolas, insumos, semillas y tecnología para el inicio de la siembra, que para el caso del maíz arrancaría a inicios de diciembre.

Bajo una carpa, los productores hicieron fila para inscribirse e ingresar a la hacienda y participar en ‘Día del agricultor’ 2018. El evento se realizó el jueves 8 de noviembre del 2018

La Josefina es un centro que funciona desde hace 25 años donde se enseña investigación y desarrollo a los agricultores. Bakker explicó que solo la eficiencia productiva logrará que el país se incremente sus niveles de productividad y alcanzar el autoabastecimiento en maíz. “Academia, sector público y privado deben trabajar juntos con un denominador común”.

Ecuador produce 1,2 millones de toneladas (t) de maíz, de las cuales 900 000 t adquiere la industria nacional para la elaboración de alimento proteínico. Para el 2019, la proyección es que la producción aumente a 1,3 millones de t de maíz, según Adriano Ubilla, subsecretario de Comercialización del Ministerio de Agricultura. 

En los últimos años, el país ha ido incrementando sus niveles de producción del cereal, pero todavía es deficitario. Entre enero y febrero de este año se importaron 200 000 t. La productividad del maíz es de 5,6 tonelada por hectárea, pero la intención es aumentar a 7 t/ha.

Se estima que la industria formal de Alimentos Balanceados comprará y registrará en la URTF del MAG 950.000 Tm y los demás sectores demandantes la diferencia. Es necesario identificar y formalizar a todos los sectores compradores de maíz a fin de que registren sus compras y poder mantener estadísticas reales

Ubilla señaló que para eso el MAG tiene planes para zonificar las áreas de siembra con las diferentes variedades de híbridos, mejorar los rendimientos y bajar los costos de producción. En el país se siembran alrededor de 250 000 hectáreas de maíz y existen 60 000 maiceros en las provincias de Manabí, Los Ríos, Guayas y Loja.

El programa de Pronaca ofrece valor agregado al agricultor maicero, crédito agrícola, insumos de calidad, asesoría técnica y la compra total de la cosecha, explicó Patricio López, gerente de Negocio Agrícola de la empresa. Se estima que la adquisición será de alrededor de 300 000 t de maíz amarillo duro, que representa un tercio de la producción nacional y un ingreso de USD 100 millones para los productores.

Este cereal es utilizado para la elaboración de alimento balanceado que luego se transforma en proteína animal, principalmente aves y cerdos. El consumo per cápita de pollo y huevo en Ecuador es actualmente de 32 kilogramos de pollo y alrededor de 180 huevos.

CAMARONERAS PROYECTAN USD 112 MILLONES DE VENTAS TRAS SU PARTICIPACIÓN EN FERIA ASIÁTICA

El maíz se vende por encima del precio oficial, por falta del producto. La semana pasada el saco estuvo a 17,50 dólares y en esta, ya se oferta a 18 dólares. Así lo indicó a Diario EXPRESO

CAMARONERAS PROYECTAN USD 112

DE VENTAS TRAS SU PARTICIPACIÓN EN FERIA ASIÁTICA

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Con el apoyo de la oficina Comercial de PRO ECUADOR, cuatro empresas de camarón ecuatoriano participaron en la feria World Seafood Shanghái- SIFSE. Durante el encuentro que tuvo lugar en el Shanghái New International Expo Center- de China, se lograron USD 112 millones en estimaciones de negocios.

“Fue un orgullo estar presente por 4ta vez en esta feria que cada año va tomando mucha importancia a nivel nacional e internacional”, resaltó Santiago Yánez, director de la oficina comercial de PRO ECUADOR en Shanghái.

“La exportación de camarón es uno de los rubros más importantes en la economía de nuestro país. Las condiciones de buen clima permiten una excelente producción de camarón durante todo el año, lo que asegura una oferta constante de este producto tanto en los mercados locales e internacionales”, puntualizó Yánez.

De su parte Xu Yue, representante del “Shanghai Changxing Island Fishing Port”, destacó que luego de su visita a Ecuador el pasado mes de Mayo, continuará manteniendo relaciones comerciales con empresas de este país con el fin de seguir importando camarón ecuatoriano, al que considera de mejor calidad.

Desde su creación en 2006, SIFSE, es respaldado por el mercado de consumo de productos del mar en China.  En esta edición reunió a 1503 empresas de 21 países que cubrieron los campos de acuicultura, producción y procesamiento, distribución, catering, etc. La exposición de 3 días atrajo a 56.493 visitantes provenientes de 59 países.

El camarón representa el 57% de las exportaciones no petroleras de Ecuador hacia China. De Enero a Agosto del 2018 se ha exportado hacia este destino USD 354.31 millones de este marisco, lo cual representa un destacado crecimiento del 321% con respecto al mismo periodo del 2017. (Fuente: Banco Central del Ecuador).