El maíz se vende por encima del precio oficial, por falta del producto. La semana pasada el saco estuvo a 17,50 dólares y en esta, ya se oferta a 18 dólares. Así lo indicó a Diario EXPRESO
Las variaciones entre los pollitos de eclosión temprana y tardía en la ventana de nacimiento representan una desventaja para los primeros.
Si la ventana de nacimiento se alarga, el número de pollitos en ayuno durante un tiempo extenso aumenta, disminuyendo la calidad del pollito y aumentando el riesgo de desigualdad del lote.
Si los pollitos no vienen pesados de la incubadora es recomendable hacerlo antes de efectuar la descarga en la nave.
Se toman como mínimo 4 cajas de pollitos por lote de reproductoras que se vayan a alojar y se pesan.
Después de la descarga se pesan las bandejas y se destara. Así fácilmente se tendrá el peso medio de al menos 400 pollitos.
Una vez descargados en la nave hay que contabilizar los pollitos que han llegado muertos y apuntarlos en el albarán de llegada, junto a las posibles incidencias que se hayan observado en la descarga de las aves.
La nutrición del pollito, en ausencia de alimentación exógena, depende únicamente del saco vitelino.
La legislación europea estipula que los pollitos de un día deben ser transportados con un máximo de 24 horas y que, tras la eclosión, no pueden ser privados de agua y alimento por más de 72 horas (Reglamento CE 1/2005).
Lo más importante en el arranque de los pollitos, además de una sensación térmica correcta, es haber proporcionado un acceso a la comida y bebida lo más fácil y rápido posible. Es vital incentivar el apetito del pollito.
En las primeras 24 horas de vida, un pollito debe consumir alrededor del 25% de su peso en alimento y un 50% de su peso en agua.
Para asegurarnos de que los pollitos van arrancando de forma correcta, se debe evaluar a las ocho horas después del alojamiento el estado de los buches, de unas cien aves de distintas zonas del criadero, para cerciorarse que al menos el 80% de los pollitos han encontrado agua y alimento. Los buches deberán sentirse blandos y elásticos. Si están duros indicarán que no han encontrado bien el agua y si están muy dilatados es que han encontrado el agua pero no el suficiente alimento. Se puede aprovechar este momento para comprobar que la temperatura proporcionada ha sido la adecuada realizando un test de temperatura de patas a los cien pollos.
El desarrollo del pollito en los momentos iniciales en la nave va a depender, entre otros factores, de la capacidad del tracto gastrointestinal de digerir nutrientes de la dieta con un alto contenido en carbohidratos y proteínas, además del uso del vitelo residual como fuente de alimento (Uni y Ferket, 2004). Además la demora en el acceso al alimento y al agua disminuye el título de anticuerpos (Casteel y cols., 1994) y provoca la pérdida de peso debida a la deshidratación.
Durante la incubación, la glucogénesis derivada del metabolismo proteico es la fuente de glucosa para su acumulación en glucógeno (John y cols., 1988). Los niveles de este polisacárido se reducen drásticamente tras la eclosión y la dependencia energética recae en los lípidos, pudiendo derivar en una cetosis y una deshidratación.
Por otra parte, los ácidos grasos insaturados ayudan igualmente a la digestión lipídica (Noy y Sklan. 1995), mientras que los ácidos grasos saturados deberían ser eliminados de la alimentación de los pollitos por su efecto negativo en la producción de sales biliares y la formación de micelas (Blanch y cols., 1995).
La actividad enzimática cambia en los primeros días post-eclosión (Uni y cols., 1999) y en el momento de la ingesta de alimento (Sklan y Noy, 2000). La privación de comida tiene mayor importancia que la privación de agua en el desarrollo posterior del pollito tras la eclosión. El comportamiento de beber necesita un proceso de aprendizaje y hay evidencias de que en situación normal es necesario el acceso a la comida para que se inicie el consumo de agua.
El uso del vitelo se retrasa en condiciones de ayuno (Vieira, 1999), y esto se ha relacionado con un menor desarrollo del sistema gastrointestinal. Ello implica un menor metabolismo y un retraso en el desarrollo del sistema inmunitario (Decuypere y cols., 2001).
La aptitud innata de los pollitos de buscar alimento inmediatamente tras la eclosión se traduce en un comienzo inmediato del crecimiento, que se ve ralentizado durante el periodo de ayuno provocando pérdida de peso durante las primeras 36-48 h y de rendimiento productivo posterior alcanzando un menor peso vivo durante las primeras semanas de vida.
Un buen manejo de los bebederos en la recepción es fundamental. Bastantes cuidadores piensan que cuanto más bajas se pongan las tetinas, mejor beberán los pollitos. Esto no es cierto, las tetinas hay que mantenerlas a su llegada al nivel de la altura de los ojos y no hacer que se tengan que agachar las aves para beber. Esta situación muchas veces se puede comprobar que ha sucedido, cuando los recuperadores de las tetinas están llenos de viruta o cascarilla por la actuación de los pollitos al estar demasiado bajos.
La temperatura ideal del agua de bebida está entre 15º – 20ºC, por lo que es interesante rellenar las líneas unas horas antes de entrar los pollitos a fin de evitar que esté muy fría, pero también que no lleve muchas horas en una tubería sin flujo por falta de consumo y que esté a 32ºC por la calefacción. Además de provocar una reducción del consumo proporciona un ambiente ideal para la multiplicación bacteriana.
El agua de bebida debe tener una calidad físico-química y microbiológica demostrada mediante los análisis pertinentes. Con el uso de un biocida adecuado se garantizará el mantenimiento sanitario del agua.
Conseguir la sensación térmica correcta para los pollitos recién llegados es vital, dependiendo de la temperatura y de la humedad relativa del ambiente. Si no se consigue esta sensación las aves no se activarán y no se moverán, retrasando su crecimiento o terminando muriendo cuando la sensación sea mala. La medida principal es que el suelo como mínimo esté a 28 ºC y la temperatura ambiente a nivel del pollito que sea de unos 31-34ºC ( según peso del pollito ) y todo con una humedad relativa entre 45 – 65 %.
Los pollitos durante los primeros días necesitan una alta intensidad de luz para poder ser estimulados hacia el consumo del pienso y agua, para un buen desarrollo digestivo e inmune. Es recomendable una intensidad lumínica entre 30-60 lux a la altura del pollito y que ésta sea uniforme por toda la nave. Suele proporcionarse luz las primeras 48 horas, para quitar una hora de luz el resto de la primera semana.
La ventilación mínima a la llegada debe ser interior, usada para repartir el aire caliente de forma uniforme por toda la zona de cría y mantener una buena calidad de aire para las aves. Nunca debe sobrepasarse los 0,2 m/seg de velocidad del aire. Hay que evitar las situaciones en que ellos se agrupan formando círculos, pues ello indica que tienen sensación de frío y será difícil que salgan de ella teniendo actividad para comer y beber.
Fuente : AviNews Avicultura Info