El maíz se vende por encima del precio oficial, por falta del producto. La semana pasada el saco estuvo a 17,50 dólares y en esta, ya se oferta a 18 dólares. Así lo indicó a Diario EXPRESO
Algunos de ellos presentan limitaciones en su uso debido a la falta o baja presencia de enzimas digestivas en los animales que dificultan la ruptura de enlaces químicos para que se liberen nutrientes, siendo aconsejable la utilización de enzimas exógenas (β-glucanasas, xilanasas, proteasas, fitasas) para un mejor aprovechamiento de los mismos.
El maíz se caracteriza por su alto valor energético, buena palatabilidad y baja presencia de factores antinutricionales; el nivel de inclusión dentro de las dietas (50 a 70 %) influencia de forma significativa la calidad de la misma, aportando el 63 % de la energía metabolizable y 25 % de la proteína en dietas de engorde.
Rostagno, señala que los granos dañados tienen peor valor nutricional en comparación con el grano normal debido a los cambios en su composición química, con reducción de biodisponibilidad de algunos nutrientes, presencia de factores antinutricionales y la proliferación de hongos con o sin producción de micotoxinas.
Por ello, analizar el tipo de grano que utilizamos en nuestras formulaciones es importante, ya que granos quebrados poseen 90 Kcal de Energía Metabolizable/Kg menos que los granos enteros (Dale, 1994),
También es importante evaluar las condiciones de almacenamiento (temperatura, humedad, acciones de hongos, insectos) ya que si estas son inadecuadas, pueden disminuir de 5 a 25 % la Energía metabolizable del maíz (Krabbe, 1995).
Las grasas de origen animal y derivadas de oleaginosas son muy utilizadas en nutrición animal. La soja y el girasol son los cultivos de oleaginosas más importantes en nuestro país, siendo la primera la de mayor crecimiento y volumen, colocando a Argentina dentro de los principales exportadores a nivel mundial.
La industria acompañó este crecimiento, por lo cual el aceite de soja es un insumo disponible en las zonas productoras de cerdos. El aceite se obtiene a partir del prensado y o extracción por solvente (Hexano) del poroto de soja.
El aceite obtenido contiene 99,6 % de grasa y una cantidad importante de ácido linoléico (52,57 %) (Rosatgno, 2011).
La inclusión en las dietas tanto de engordes como de reproductoras, permite alcanzar niveles energéticos deseables en situaciones particulares, como por ejemplo:
Las fuentes proteicas de elección en Argentina son los subproductos sólidos derivados de la extracción industrial del aceite al poroto de soja, por medio de procesos mecánicos, térmicos y solventes químicos, de los cuales se obtienen expellers, harinas de extracción y pellets.
Los procesos por los cuales se extrae el aceite de soja son por presión (prensa y/o extrusado) donde el subproducto sólido resultante es el expeller de soja, y la extracción en base a aplicación de solventes (Hexano) donde se obtienen la harina de soja como subproducto sólido.
Los pellets son comprimidos en forma de cilindro que pueden provenir de cualquiera de las anteriores, también de combinación de procesos (Presión-Solvente).
Estos subproductos son una alta fuente de proteina, aportando aminoácidos esenciales necesarios para las dietas de los cerdos. Su calidad es variable dependiendo de los procesos de elaboración y de la calidad del poroto de soja (materia prima).
Los niveles de inclusión en las dietas para cerdos en engorde varían entre 20 % a 37 %, aportando entre un 40% a 70% de la proteína bruta y 20% a 28% de la energía metabolizable de la dieta.
Los derivados de soja son ingredientes altamente palatables, sin embargo si no son procesados correctamente presentan inconvenientes debido a su contenido de oligosacáridos que no son digeridos, factores antitripsicos y factores alergénicos (glicina y β- conglicina), presentes en el poroto de soja.
La soja contiene una alta concentración de carbohidratos que consisten en polisacáridos no amiláceos (PNAs) y azúcares libres (oligosacáridos), siendo estos uno de los principales factores responsables del efecto antinutricional de la soja (M. Choct et al 2010).
Los cerdos no tienen enzimas endógenas capaces de digerir ciertos oligosacáridos, la fermentación de estos pueden causar flatulencias y diarreas (Zhang et al 2003).
La industria ha desarrollado procesos térmicos y biotecnológicos capaces de disminuir o eliminar estos factores antinutricionales logrando subproductos de buena calidad con un alto aporte de aminoácidos.
Es conveniente estipular un muestreo rutinario para control en laboratorio de la calidad de estas harinas de soja, para asegurar que no se haya perjudicado el perfil de aminoácidos, permitiendo lograr los desempeños esperados en la granja.
Fuente : Nutrición Animal