El maíz se vende por encima del precio oficial, por falta del producto. La semana pasada el saco estuvo a 17,50 dólares y en esta, ya se oferta a 18 dólares. Así lo indicó a Diario EXPRESO
Según informa el Ministerio de Agricultura y recoge la Unión de Uniones, la situación generada por la eeste porcina africana en el sector y sus consecuencias para la población, preocupa al Gobierno chino. La epidemia de esta enfermedad, pese a que se ha querido ocultar su extensión y consecuencias, ha acabado finalmente por aflorar en toda su crudeza. De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas de China, el índice de precios al consumo subió en octubre un 3,8%, el mayor crecimiento en ocho años, superando con holgura el objetivo anual del 3%. De estos 3,8 puntos, la subida del precio de la carne de cerdo ha contribuido en 2,43 puntos, ya que el precio al por mayor se situó, de acuerdo con fuentes oficiales, en 51,18 RMB (Renminbi, divisa china) por kilo la pasada semana (6,64 euros). El precio se ha triplicado respecto a hace un año, cuando se situaba en 17 RMB/kilo. Se trata de un nivel récord, y que casi duplica al anterior máximo histórico de 23RMB en 2007, provocado también por un problema sanitario.
La información que ha trascendido de la reunión del Consejo de Estado no enumera en detalle las medidas que el gobierno piensa poner en marcha para recuperar la producción de porcino, si bien una de ellas es eliminar las restricciones “injustificadas” a las granjas de cerdo en algunas áreas, las cuales se implantaron hace tres años por motivos ambientales, sobre todo en zonas del sur del país con elevada densidad de población. También se anunciaron medidas para aumentar la producción de carne de aves y de ovino.
A pesar de haberse superado el objetivo de inflación anual, no se espera que este hecho suponga un problema en términos macroeconómicos, pero sí se temen las consecuencias políticas y sociales, ya que se encarece significativamente el acceso a las proteínas animales por parte de las capas de población más humildes. Por este motivo, en esa misma reunión el Consejo de Estado ha urgido a las autoridades provinciales a poner en marcha mecanismos de ayuda social para las capas de población más necesitadas.
Aunque oficialmente se han dado pocos datos que permitan tener una idea precisa de la repercusión de la epidemia de Peste Porcina Africana en la cabaña, diversos análisis estiman que en estos momentos el número de animales se ha reducido en un 55%, y la producción de carne en un 48%, diferencia que se explica porque los altos precios están incentivando a los ganaderos a sacrificar los animales con más peso.
Antes de la epidemia China producía 54 millones de toneladas de carne de cerdo, y se estima que en 2019 la producción caerá hasta 29 millones de toneladas. Es decir, un desfase de 25 millones de toneladas que no podrá cubrirse ni con importaciones, que se estima que se situarán este año en cifras récord de en torno a 3,2 millones de toneladas, ni con la liberación de reservas que se estima estaban en 2,6 millones de toneladas el pasado mes de marzo, pero de las que apenas queda ya un millón de toneladas. Tampoco el aumento de producción y de importaciones de otras carnes, sobre todo de ave, podrán cubrir más que un 10% del déficit respecto al consumo de años anteriores.
La demanda de carne de cerdo también se ha resentido mucho, al menos un 20%, en parte por desconfianza a pesar de los reiterados mensajes de que la enfermedad no afecta a las personas, pero sobre todo por los elevados precios.
Esta crisis, que se suma también a la que se está produciendo en importantes productores de la región, como Vietnam, está teniendo graves repercusiones en la industria porcina y en la industria cárnica en general en todo el mundo. Hay que tener en cuenta que si China este año ha dejado de producir 26 millones de toneladas de porcino, esto significa nada menos que: el 23% de la producción porcina mundial, el 22% de la producción cárnica de China, y el 7,4% de la producción cárnica mundial, por lo que este año 2019 será el primero de una larga serie en que se reduzca la producción de proteínas animales en el mundo.