“La comida preparada que se pide a domicilio si pudiera representar un riesgo, no por lo que lleve dentro sino por el hecho de que hay superficies de uso común que todos van a ir tocando, desde la persona que lo empaque, quien arme el pedido, quien lo transporte y entregue”, mencionó el académico.
En ese sentido, señaló que ninguna persona con fiebre, tos, catarro, entre otros síntomas, debe participar en estos procesos.
“Cuando los alimentos que se piden, llegan a la casa, se pueden reducir los riesgos limpiando los empaques externos, bolsas, cajas, con un trapo con agua y cualquier limpiador casero, no es necesario algo especial. Se limpian por fuera las superficies y se dejan reposar dos a tres minutos”, añadió Mauricio Rodríguez.
Para mayor seguridad, indicó que lo más recomendable es que una sola persona se encargue de manipular los envases, servir los alimentos en la cocina y desecharlos, con el objetivo de evitar que los empaques circulen en otras habitaciones o sean tocados por varias personas y así se reduzca el riesgo de transmisión por el contacto con superficies contaminadas.
APOYO CON PROPINAS
El académico de la Facultad de Medicina también sugirió dar una propina más alta a los repartidores y quienes preparan alimentos, dado que también se arriesgan en su labor.
“Seguramente están trabajando con otras personas y no pueden quedarse en casa, entonces resulta conveniente darles unas propinas más generosas en estos días para estimular su trabajo, ayudarlos a que se queden en casa, suspendan sus actividades y acaten el distanciamiento social a través de nuestro apoyo con las propinas”, concluyó.