El maíz se vende por encima del precio oficial, por falta del producto. La semana pasada el saco estuvo a 17,50 dólares y en esta, ya se oferta a 18 dólares. Así lo indicó a Diario EXPRESO
El manejo del comedero, o de forma más amplia, el manejo del consumo de alimento, es una parte crítica de esto.
El beneficio de maximizar el consumo es claro, más consumo de alimento significa mayor rendimiento. El aumento del consumo de alimento por encima del mantenimiento incrementará la energía disponible para el crecimiento y maximizará la ganancia de peso. Se demostró que el aumento del consumo de alimento de solo media libra (220 gramos) de materias seca (MS) por día, puede reducir el período de alimentación hasta 10 días.
Los beneficios de un consumo constante son menos obvios pero igual de importante. Una baja variación diaria en el consumo de alimento dará como resultado una variación mínima del pH ruminal. Como resultado, se preserva la salud del rumen a largo plazo. Los problemas como acidosis, muerte súbita, timpanismo y abscesos hepáticos se ven reducidos.
Para entender esto, debemos recordar que las bacterias del rumen fermentan varios tipos de almidón y azúcar y producen ácidos grasos volátiles (AGV). Los AGVs, difunden a través de la pared del rumen en el torrente sanguíneo y son utilizados por el ganado como fuente de energía.
La producción de ácido en el rumen es un proceso importante y beneficioso. De hecho, la capacidad de convertir los carbohidratos forrajeros en una fuente útil de energía es la principal ventaja de la digestión y fermentación por las bacterias del rumen. Sin embargo, cuando las dietas son de alta energía, la producción de AGV en exceso (o demasiado rápido) puede causar problemas porque el pH del rumen y/o del torrente sanguíneo disminuye demasiado.
Si el consumo de dietas altas en energía es constante, el ganado se ajustará a la cantidad de ácido producido y se mantendrá la salud ruminal. Si el consumo es variable, altos niveles de producción de ácidos podrían exceder la capacidad de amortiguación del rumen y se podría reducir el pH del rumen a niveles peligrosos.
El gran desafío en el engorde a corral es obtener una ingesta constante a altos niveles de consumo. Si esto puede cumplirse, el rendimiento del ganado será alto y la incidencia de trastornos del rumen baja.
El trabajo del alimentador de ganado es caminar por la delgada línea entre reducir los trastornos del rumen a expensas del rendimiento y maximizar el rendimiento manteniendo el riesgo de sufrir acidosis, timpanismo, abscesos hepáticos y muerte súbita.
El logro de estos objetivos requiere de una gestión adecuada del comedero. Todos los días son importantes porque el consumo de un día a menudo refleja el días anteriores de consumo. Por ejemplo, si un novillo reduce su consumo de alimento en un 50% un día, es probable que tenga hambre y coma en exceso al día siguiente. Esta sobrealimentación resultará en un aumento producción de ácidos, lo que hará que el novillo se sienta enfermo y reduzca el consumo al tercer día. Este patrón ascendente y descendente de «montaña rusa» de ingesta de alimento inconsistente se inicia fácilmente y es difícil romper. La clave es prevenirlo, en lugar de esperar curarlo.
Prevenir el consumo variable de alimento implica alimentar al ganado adecuadamente y mantenerlo alimentado. Hacer esto correctamente requiere alimentación múltiple durante todo el día, pero mejorará la salud del rumen y mejorará el rendimiento y eficiencia durante todo el período de alimentación.
El manejo del consumo incluye con qué se alimenta al ganado (calidad de los ingredientes, formulación de la dieta y mezcla), cuántos animales se alimentan y con qué cantidad (alimentación), cómo (entrega de alimento) y cuándo (momento del día).
Qué: la importancia de la calidad de los ingredientes
Las variaciones diarias en materia seca, contenido de contaminantes y nutrientes de los alimentos, así como variaciones en la mezcla, son factores que pueden afectar el consumo. Si bien el análisis diario de la alimentación no es práctico, y la variación es inevitable, se pueden tomar algunas medidas para minimizar la variación:
Los forrajes son más variables que los granos. Gran parte de la variación puede evitarse cosechando y almacenando en forma de ensilaje o heno en la etapa adecuada. El largo de las fibras de 2 a 3 pulgadas proporciona una óptima estimulación de la rumia y una adecuada digestibilidad, con una mínima clasificación por parte de los animales.
Cuando la fibra se proporciona de forma independiente al resto de la dieta en base a concentrados, es probable que aumenten los disturbios a nivel ruminal:
– Una parte del ganado consumirá poco o nada de heno bajo este sistema;
– Mientras que otra parte, consumirá poco del componente de grano de la dieta y su desempeño será pobre.
El forraje no está incluido como nutriente en las dietas de engorde, sino que es utilizado para la estimulación de la rumia. Es importante que todo el ganado consuma la cantidad adecuada de forraje e incluirlo en el comedero, mezclado con la dieta total para garantizar que todos los animales accedan a él.
Si se utilizan subproductos de la industria de alimentos para humanos como desechos de panadería, fideos, galletitas, etc., la variación será inevitable. La clave para hacer que estos alimentos funcionen es ajustar las dietas a diario para que se minimice la variación, e incluirlos en la dieta en un porcentaje bajo como para que la variación esperada no influya tanto en la dieta.
Con demasiada frecuencia el tiempo asignado para mezclar se basa en el tiempo requerido para llegar a los corrales. La mezcla debe completarse, de modo que cada bocado de alimento sea lo más uniforme posible. Mezclar durante demasiado tiempo, en algunos tipos de mezcladores, puede dar como resultado partículas más finas que se acumulan en el fondo.
El uso de granos o ensilajes con alta humedad aumenta la importancia del manejo adecuado de los comederos ya que estos alimentos tienen una vida útil limitada, especialmente en climas extremos.3
Si esa decisión no se considera cuidadosamente, es probable que ocurran problemas. La forma más efectiva de inducir en el rumen trastornos de salud a largo plazo es ofrecer repetidamente la cantidad incorrecta de alimento. Si el ganado se sobrealimenta el efecto neto es la reducción del consumo durante un período de varios días, junto con el aumento de potenciales trastornos en el rumen. Esto también resulta en la acumulación de sobras en los comederos, que reduce la palatabilidad de la dieta.
Por otro lado, si a los animales se les ofrece menos alimento del que son capaces de consumir durante varios días consecutivos, algunos pueden atiborrarse cuando vuelven a comer. Si el espacio de comedero es limitado, el animal tímido puede llegar a consumir solo un 50% de lo que debería, mientras que los más dominantes tendrán un sobreconsumo.
Al determinar la cantidad de alimento deben considerarse los efectos del clima y otras posibles factores que puedan repercutir en el consumo.
Otro aspecto a tener en cuenta está relacionado con los aumentos en el alimento ofrecido y con los cambios en la dieta, los cuales deben hacerse gradualmente. Cambios bruscos en la cantidad o el tipo de alimento ofrecido seguramente impactará de manera negativa y comenzará el patrón de consumo «montaña rusa».
Si bien cada situación difiere, pueden ser consideradas algunas reglas generales:
La alimentación ofrecida no debe aumentarse en días consecutivos; los intervalos de 3 días son más seguros, pero retrasarán el progreso hacia la alimentación completa.
El alimento (en base seca) ofrecido nunca debe aumentarse en más de 0,4% del peso corporal. Si aumenta la cantidad ofrecida, la dieta no debe cambiarse al mismo tiempo, y viceversa.
Luego de un cambio en la dieta o en la cantidad ofrecida, debemos observar de cerca a los animales. Cada alimentador tiene un sistema diferente para determinar la cantidad de alimento que se debe entregar. Algunos buscan que los comederos estén vacíos justo antes de la entrega de alimento, mientras que otros buscan un nivel constante y bajo de sobras. De cualquier manera puede funcionar.
Si los comederos están vacíos justo antes de entregar nuevo alimento y el ganado está tranquilo, la cantidad de alimento ofrecido probablemente sea correcta.
Por otro lado, si los comederos están vacíos y lamidos y el ganado inquieto y parece hambriento, el alimento debe incrementarse.
El alimento debe colocarse de manera uniforme en todo el comedero. Se deben evitar montañas y zonas desnudas. El ganado se acostumbra a comer en el mismo lugar del comedero cada vez. Si su espacio está vacío, pueden elegir no comer en lugar de comer en otro lado. Esto es especialmente cierto en el ganado tímido. Si un grupo debe ser uniforme cuando se comercializa, el desafío es conseguir que el tímido coma tanto como los dominantes.
El bovino es una criatura de hábitos, disfruta haciendo lo mismo a la misma hora todos los días. El cambio constante en los horarios de distribución de alimento, repercutirá en los hábitos de consumo de los animales. Si la entrega de alimento es antes a la de costumbre, los animales pueden no tener hambre suficiente para consumir las cantidades típicas. Dado que el alimento va perdiendo calidad en el comedero, el ganado comerá menos más tarde, después de que el alimento haya estado en el comedero durante algún tiempo.
Por otro lado, si el alimento se ofrece más tarde de lo habitual, el ganado puede comer en exceso en la primera comida debido al hambre, lo que resulta en los problemas descritos previamente.
Fuente : Nutrición Animal
El maíz se vende por encima del precio oficial, por falta del producto. La semana pasada el saco estuvo a 17,50 dólares y en esta, ya se oferta a 18 dólares. Así lo indicó a Diario EXPRESO
Además, la directora de la Unión de Productores de Huevos del país, mencionó que si la situación continúa de esa manera no proveerá a los especuladores.
Daniel Gómez por poco se desmaya y no por haber salido a los 15 días de su casa, por la cuarentena; sino al escuchar los precios de productos básicos en la tienda de su barrio en la 16 entre Venezuela y Portete, en el suburbio de Guayaquil.
¿Diez dólares la cubeta de huevos? Esa pregunta le hizo tres veces a la dueña, porque pensó que había escuchado mal, dijo Daniel. “Con arroz y huevo uno puede aguantarse. ¡Pero ahora ni eso!”, lamentó el padre de familia.
Mario Echeverría es otro consumidor que se mostró sorprendido de cómo mucha gente especula y trata de aprovecharse en tiempos de crisis. “Fui a comprar una cubeta de huevos, pero solo me alcanzó para diez. Pagué tres dólares por 10 huevos, es increíble cómo roban”, rechazó el habitante que habita en la tercera etapa de La Alborada. Agregó que cada huevo cuesta hasta 0,50 centavos, cuando normalmente está máximo a 0,15 centavos. A esto se suma el alto precio de otros productos como legumbres, verduras y quesos que en su mayoría se producen en la Sierra.
Marisol Molina, directora ejecutiva de la Unión de Productores de Huevos del país, rechazó ese abuso en el sobreprecio. Mencionó que apenas empezaron las medidas restrictivas por la pandemia del coronavirus, el gremio se reunió y decidieron mantener los precios en granja que se encontraban a la fecha, la cubeta de 30 huevos grandes a 3 dólares en las avícolas. Es decir, que el precio máximo que pueden vender es de 3.50 dólares en las tiendas, recalcó.
Expresó que ellos también han recibido denuncias a diario sobre la especulación que se vive, en especial en la provincia del Guayas, porque la gente piensa que los avicultores han aumentado el precio. “Hemos informado a las intendencias para que controlen los precios, el huevo es una proteína de alta propiedad y en esta crisis aprovecharse del pueblo es lamentable”, dijo la directora ejecutiva.
Recalcó que la producción de huevo se mantiene y el 75 % sale de la Zona Centro, entre ellos Tungurahua. En el gremio existen cien asociados, aproximadamente, pero se estima que en el país estén al menos 300 avicultores de acuerdo al último censo del Ministerio de Agricultura y Ganaderìa (Magap) en el 2015.
Molina dijo que el paro de octubre del 2019 dejó bastante afectado al sector, a esto se suma el contrabando de esta proteína que ingresaban antes de la crisis sanitaria de Colombia y Perú; sin embargo, acordaron mantener los precios y continuar con el proceso para que no exista problema con la comunidad.
“Es alta la especulación y los incrementos son incontrolables, más del 60 % por una cubeta. Si la situación continúa de esa manera no se proveerá a los especuladores que no respeten los precios. En la actualidad los avicultores tenemos muchas dificultades para producir; sin embargo, estamos prestos para abastecer el mercado”, agregó.
En el país se producen 10 millones de huevos diarios. Mañana, 10 de abril, mantendrán una reunión virtual con representantes del Magap donde insistirán, entre otros temas, estos inconvenientes de la especulación.