•Grasa: Esta carne aporta una buena relación de grasas mono y poliinsaturadas entre las cuales se encuentran los ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6, que ayudan a prevenir problemas cardíacos, hipertensión y controlar el nivel de colesterol en sangre. La carne de cordero criado bajo el sistema pastoril comparado con el criado bajo sistemas intensivos, resulta más magra y tiene un menor aporte de grasas saturadas y de colesterol.
•Vitaminas: Aporta vitamina E que actúa como protección frente a diversos agentes químicos y beta-carotenos necesarios para el crecimiento, la reproducción, el desarrollo fetal y la respuesta inmune, y propiedades beneficiosas para la piel. Otras vitaminas presentes son la B6 que influye en desarrollo cerebral durante el embarazo, la infancia y colabora con la producción de anticuerpos, y la B12 que ayuda en la formación de glóbulos rojos, y en el buen funcionamiento de las neuronas.
•Minerales: Entre los más importantes se encuentra el hierro, indispensable para la formación de glóbulos rojos, y el zinc para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. También aporta potasio y fósforo.